A gift to our local Church

Bishop Bonnar delivers a homily during the Rite of Election. Photo by Brian Keith.
Photo by Brian Keith

In The Joy of the Gospel, Pope Francis writes, “We must keep in mind, however, that we are constantly being called to growth. Each culture and social group needs purification and growth” (# 69).

The holy season of Lent, which has often been referred to as “the springtime of the soul,” is an opportune time for us Catholics to embrace growth. This Lent in the Diocese of Youngstown, there is an even greater possibility for growth among our parishes and parish leaders—including priests, deacons and diocesan pastoral associates—thanks to a Lilly Foundation Grant allowing us to partner with the Catholic Leadership Institute (CLI).

Soon, parish leaders will be receiving a “Leadership Inventory” that they are to complete by the end of Lent. This inventory will provide an opportunity for the leader to look at their ministry with the possibility of professional feedback and support through coaching. Each leader will be required to develop a personal growth plan for the good of their ministry and those whom they serve. The hope is that this exercise will yield stronger and more confident leaders for this local Church. Moreover, our leaders will grow in self-awareness and find increased support for their ministry.

At the same time, parishioners will be asked to complete a survey called the Disciple Maker Index (DMI) that will help to identify parish challenges and opportunities, validate or inform current parish priorities and plans and focus on evangelization, all with the hope of developing a parish pastoral plan that will effectively produce more vibrant parishes with a bent on missionary discipleship. 

The DMI is a 95-question survey that will present an opportunity for parishioners to reflect spiritually and engage their parish. In addition, six parishes or partnerships (parishes currently sharing a pastor) will benefit from an intensive form of accompaniment by CLI, lasting three years. This relationship will provide coaching and direction for the pastor and staff as they move forward together.

CLI will also offer 12 parishes or partnerships a virtual support track all done online. Finally, CLI is presenting the option for all parishes to be part of a self-directed track that includes three webinars with leadership coaching.

In September all parish leaders will also attend a day-long diocesan Convocation, during which time CLI will offer feedback and support on next steps in the aftermath of the Leadership Inventory instrument and the Disciple Maker Index. As we move forward together in this local Church, it is important that we seek to achieve not only personal growth but also ecclesial growth through evangelization. 

In The Joy of the Gospel, Pope Francis references Saint John Paul II’s Post Synodal Exhortation, Pastores Dabo Vobis, and says, “For this reason too, ‘the priest—like every member of the Church—ought to grow in awareness that he himself is continually in need of being evangelized’” (#164). Indeed, every member of the Church is challenged to keep growing while at the same time embracing the call to conversion. The Leadership Inventory is yet another way for our priests, deacons and diocesan pastoral associates to grow personally and ministerially.

Likewise, the parish community cannot afford to become complacent or stagnant. Pope Francis also acknowledges this point in The Joy of the Gospel. He writes, “The parish is the presence of the Church in a given territory, an environment for hearing God’s word, for growth in the Christian life, for dialogue, proclamation, charitable outreach, worship and celebration. In all its activities, the parish encourages and trains its members to be evangelizers … We must admit, though, that the call to review and renew our parishes has not yet sufficed to bring them nearer to people, to make them environments of living communion and participation, and to make them completely mission-oriented” (#28).

The opportunity for our parish leaders to engage in a personal assessment coupled with our parishes examining their ministry and outreach is a gift to our local Church that has the promise of so much growth by producing stronger leaders and more vibrant and united parishes. How blessed we are to receive this precious gift and opportunity!


En La Alegría del Evangelio, el Papa Francisco escribe, “No podemos, sin embargo, desconocer que siempre hay un llamado al crecimiento. Toda cultura y todo grupo social necesitan purificación y maduración” (# 69).

La temporada Santa de Cuaresma, a la que a menudo se le ha hecho referencia como “la primavera del alma”, es un tiempo oportuno para que nosotros, los católicos, abracemos el crecimiento. En esta Cuaresma en la Diócesis de Youngstown, existe una posibilidad incluso mayor para crecer entre nuestras parroquias y líderes parroquiales, incluyendo sacerdotes, diáconos y asociados pastorales diocesanos, gracias a una subvención de la Fundación Lilly que nos permite asociarnos con el Instituto de Liderazgo Católico (CLI por sus siglas en inglés). 

Pronto, los líderes de las parroquias recibirán un “Inventario de Liderazgo” que van a completar para finales de la Cuaresma. Este inventario les dará a los líderes una oportunidad para mirar a su ministerio con la posibilidad de recibir retroalimentación y apoyo profesional a lo largo de su entrenamiento. A cada líder se le pedirá que desarrolle un plan de crecimiento personal para el bien de su ministerio y de aquellos a quienes sirve. La esperanza es que este ejercicio produzca líderes más fuertes y seguros en su Iglesia local. Además nuestros líderes crecerán en su autoconciencia y encontrarán mayor apoyo para su ministerio. 

 Al mismo tiempo, se les pedirá a los feligreses que completen una encuesta llamada Índice del  Creador de Discípulos (DMI por sus siglas en inglés) que ayudará a identificar los desafíos y oportunidades de la parroquia, validar o informar las prioridades y planes actuales de la parroquia y enfocarse en la evangelización, todo con la esperanza de desarrollar un plan pastoral parroquial que efectivamente produzca parroquias más vibrantes con una inclinación hacia el discipulado misionero. 

El DMI, es una encuesta de 95 preguntas que presentará una oportunidad para que los feligreses reflexionen espiritualmente e involucren a su parroquia. Además, seis parroquias o asociaciones (parroquias que actualmente comparten párroco) se beneficiarán de un acompañamiento intensivo por parte del CLI, que durará tres años. Esta relación proporcionará entrenamiento y dirección para el pastor y el personal a medida que avanzan juntos.

El CLI también ofrecerá a doce parroquias o asociaciones un seguimiento de apoyo virtual, todo realizado en línea. Finalmente, el CLI presenta la opción para que las parroquias formen parte de un programa autodirigido que incluye tres seminarios web con capacitación en liderazgo.

En septiembre todos los líderes de las parroquias también asistirán a una Convocatoria diocesana de un día de duración, tiempo durante el cual el CLI ofrecerá comentarios y apoyo sobre los próximos pasos a seguir después de la herramienta del Inventario de Liderazgo y del Índice del Creador de Discípulos. A medida que avanzamos juntos en esta Iglesia local, es importante que busquemos lograr no sólo el crecimiento personal sino también el crecimiento eclesial a través de la evangelización.

En la Alegría del Evangelio, el Papa Francisco hace referencia a la Exhortación Postsinodal de San Juan Pablo II, Pastores Dabo Vobis, y dice: “Por ello, también el sacerdote, como la Iglesia, debe crecer en la conciencia de su permanente necesidad de ser evangelizado” (#164). De hecho, cada miembro de la Iglesia tiene el desafío de seguir creciendo y al mismo tiempo abrazar el llamado a la conversión. El Inventario de Liderazgo es otra manera para que nuestros sacerdotes, diáconos y asociados pastorales diocesanos crezcan personal y ministerialmente.

Asimismo, la comunidad parroquial no puede darse el lujo de volverse complaciente o estancada. El Papa Francisco también reconoce este punto en La alegría del Evangelio. Él escribe: “La parroquia es presencia eclesial en el territorio, ámbito de la escucha de la Palabra, del crecimiento de la vida cristiana, del diálogo, del anuncio, de la caridad generosa, de la adoración y la Celebración. A través de todas sus actividades, la parroquia alienta y forma a sus miembros para que sean agentes de evangelización…Pero tenemos que reconocer que el llamado a la revisión y renovación de las parroquias todavía no ha dado suficientes frutos en orden a que estén todavía más cerca de la gente, que sean ámbitos de viva comunión y participación, y se orienten completamente a la misión” (#28).

La oportunidad para que nuestros líderes parroquiales participen en una evaluación personal junto con nuestras parroquias examinando su ministerio y alcance es un regalo para nuestra Iglesia local que tiene la promesa de tanto crecimiento al producir líderes más fuertes y parroquias más vibrantes y unidas. ¡Cuán bendecidos somos de recibir este precioso regalo y oportunidad!

Share To Social Media

Picture of Bishop David J. Bonnar

Bishop David J. Bonnar

Originally from Pittsburgh, Pennsylvania, the Most Reverend David J. Bonnar was installed as the sixth Bishop of the Diocese of Youngstown on January 12, 2021. He received a bachelor degree in Social Communications from Duquesne University in Pittsburgh and studied at the Pontifical North American College in Rome receiving a Bachelor in Sacred Theology (STB) in 1987 from the Pontifical Gregorian University in Rome. As a priest in the Diocese of Pittsburgh, Bishop Bonnar served as parochial vicar at Saint Vitus Parish, New Castle; Saint Rosalia Parish, Greenfield; and Saint Thomas More Parish, Bethel Park. He served as chaplain at Central Catholic High School and as Director of Vocations, Director of the Pre-Ordination program, Director of the Permanent Diaconate program and Rector of Saint Paul Seminary in Pittsburgh. In 2009, Bishop Bonnar was appointed pastor of Saint Bernard Parish, Mt. Lebanon and from 2018 also served as administrator of Our Lady of Grace Parish, Scott Township. In 2020, he was named pastor of Saint Aidan Parish, Wexford. On November 17, 2020, His Holiness Pope Francis appointed him the sixth Bishop of Youngstown. In addition to his ministerial assignments, Bishop Bonnar has also served on the Diocese of Pittsburgh Post-Ordination Board, Clergy Personnel Board, Seminary Admissions Board, Chair of the Permanent Diaconate Admissions Board, Chair of the Priestly Formation Board, and Chair of the Priesthood Candidate Admission Board. Since 2014, Bishop Bonnar has been the editor of The Priest magazine and in 2020 was appointed a member of the National Advisory Board for the United States Conference of Catholic Bishops. For 12 years Bishop Bonnar was also chaplain to the NFL Pittsburgh Steelers professional football team.

Stay up to date with all new things happening at the Diocese of Youngstown. Subscribe to our Newsletter here.

Cookie policy
We use our own and third party cookies to allow us to understand how the site is used and to support our marketing campaigns.